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La naranja mecánica

  • Foto del escritor: Mnemosine
    Mnemosine
  • 12 feb 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 20 may 2020




La naranja mecánica (A Clockwork Orange).

Es un libro de Anthony Burgess, publicado en el año 1962. Cuenta la historia del Alex y sus tres drugo-amigos en un mundo de crueldad y destrucción. En Alex residen los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero el joven, no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, por lo que la disfruta de un modo violento. En cierto sentido vive en el edén, y solo cuando cae (como en verdad le ocurre desde una ventana) parece llegar a transformarse en ser humano.

No obstante, hoy no nos centraremos solo en la perspectiva literaria de esta obra, si no que hablaremos de cómo percibe la obra cinematográfica el autor, que pasó muchos años tras el estreno de la película de Stanley Kubrick, explicando las diferencias entre la obra literaria y cinematográfica. Es necesario tener en cuenta la visión que Anthony Burgess tiene de su propia obra; “Publiqué la novela A Clockwork Orange en 1962, lapso que debería haber bastado para borrarla de la memoria literaria del mundo. Sin embargo, se resiste a ser borrada y de esto la obra cinematográfica de Stanley Kubrick es la principal responsable."




“Expondré la situación sin rodeos. La naranja mecánica nunca ha sido publicada completa en Norteamérica. El libro que escribí está dividido en 3 partes con 7 capítulos cada una. Recurra a su calculadora de bolsillo y descubrirá que eso hace un total de 21 capítulos” Anthony, explicaría que aceptó el truncamiento de este ultimo capítulo en la edición norteamericana por dos razones; porque no se encontraba en una situación económica estable y en un intento de conseguir el anticipo, aceptó, y por otro lado, se trató de una idea de su editor de Nueva York, en quien confiaría, pensando que en cualquier otro lugar ni siquiera aceptarían leer su manuscrito. El capítulo 21, simbolizaba en parte la madurez humana al coincidir con la edad con la que comenzaban a votar y a asumir responsabilidades. “No tiene demasiado sentido escribir una novela a menos que pueda mostrarse la posibilidad de transformación moral de los personajes [...]. Pero mi editor de Nueva York veía mi vigésimo primer capítulo como una traición”.

En Gran Bretaña, y en otras partes del mundo, la edición que llegaría sería la versión integra de los 21 capítulos, pero Stanley Kubrick, a pesar de rodar la película en Inglaterra, se basó en la edición norteamericana.




En los últimos capítulos el joven Alex, ha crecido unos años. La violencia acaba aburriéndolo y reconoce que es mejor emplear la energía humana en la creación que en la destrucción, entendiendo que la violencia sin sentido es una prerrogativa de la juventud. Ve a aquellos que usan la violencia desmedida y sin sentido como unos estúpidos e ignorantes. Este joven rufián siente la necesidad de hacer algo con su vida, deseando un futuro distinto a su pasado. En el vigésimo capítulo no hay ningún indicio de este cambio, el chico es condicionado y luego descondicionado, y contempla con júbilo la recuperación de una voluntad libre y violenta. En algún momento, el autor, admitió que reflejó en alguno de sus personajes los pecados que él nunca se atrevió a cometer.

La película y la edición norteamericana, termina con un ‘Sí, yo ya estaba curado’. “El capítulo veintiuno concede a la novela una cualidad de ficción genuina, un arte asentado sobre el principio de que los seres humanos cambian. De hecho, no tiene demasiado sentido escribir una novela a menos que pueda mostrarse la posibilidad de una transformación moral o un aumento de sabiduría que opera en el personaje o personajes principales”

El autor creía que, con la eliminación del último capítulo, no se daría una imagen justa de la vida humana, ya que el ser humano está dotado del libre albedrío pudiendo elegir entre el bien y el mal. “Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral”. El título de a obra, hace referencia a este concepto, ya que, si el ser humano solo pudiese ser bueno o malo, sin ninguna elección moral, sería ‘una naranja mecánica’ (cockney), esta expresión proviene de una zona londinense: «As queer as a clockwork orange» (Tan raro como una naranja mecánica).



Antes de empezar a escribir esta novela, el autor había oído que intentaban crear una terapia de aversión con la que se pudiese acabar en cierto modo con ese ‘instinto criminal’ del ser humano, idea que le había horrorizado, ya que suponían precisamente, la anulación de esa capacidad de elección, el autor se opuso a esta violencia legitimada, a través de su novela.

El protagonista se trata de un antihéroe, que tuvo siempre el “buen camino” abierto, pero que decidió tomar otro.

El uso del lenguaje ‘nadsat’, se debe en parte a la necesidad de contrarrestar la ultraviolencia de alguna de las escenas, invitando además al lector/ espectador, a un juego de ambigüedad e interpretación. No obstante, puede que sea precisamente esta violencia desmedida la que lleve al público a consumir este tipo de obras.


Es juicio personal, ver la obra de Stanley Kubrick como una especie de "traición" a la novela original, o simplemente como una interpretación que buscaba contentar al público.

 
 
 

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